OCASO.Decimo Capitulo

SOLA
Cuando llegué a casa la escena era deprimente. Mi madre estaba reclinada en los brazos de mi padre en el sofá. Todos la estaban consolando.
—No te preocupes Bella, todos hemos pasado por lo mismo.
Le decía Esme con cara de compasión.
Jasper la miraba fijamente, seguro la estaba tratando de calmar pero fuera lo que fuese no estaba funcionando, tan bien como antes. Alice y Emmet le tomaban las manos, y Rosalie le tocaba la cabeza, al parecer Carlisle no había llegado del hospital y no vi a Jacob por ningún lugar. Cuando me acerqué todos los ojos voltearon hacia mí.
— ¿Como esta el muchacho? Me preguntó mi madre.
— ¿Vio algo? Me preguntó tío Jasper. Siempre el práctico soldado.
—Él esta bien mamá: Leah me dijo que lo golpeó antes de que lo atacaras para evitar que viera nada. Esta con él ahora en la enfermería. Leah y yo acordamos decirle que una rama de uno de los arboles le cayó encima cuando estaba contigo. ¿Recuerdas que le dijiste para atraerlo al bosque? Mi madre se compuso lo mejor que pudo, nunca la había visto así, era como si estuviera quemándose por dentro.
—Recuerdo que le dije que también era de Arizona y que le iba a mostrar un lugar en donde podía acordarse del sol cuando lo necesitara. No creo que haya pasado de ahí el resto…el resto era solo el depredador usando sus artimañas.— Hizo una pausa, mirando hacia el vacío.— Nunca me había sentido así, sedienta, cazadora sin otro pensamiento que beber su sangre, nada me importaba, ni Edward, ni mi familia, ni siquiera tú Reneesme. Todo era la sangre, todo valía por la sangre. Me sentí como una malvada, vacía me sentí como un monstruo…
Mi madre no dijo otra palabra. Miró fijamente a mi padre y después de unos minutos se levantó.
—Creo que debo ir a cazar, saciarme de animales me ayudará en estos momentos.
—Tienes razón amor vamos…
Mi madre lo detuvo.
—Quiero ir sola.
¡¿QUE!? Mi madre nunca iba a cazar sin mi padre. ¿Que estaba pasando?
—Bella yo se que te sientes mal pero no creo… —Empezó Alice.
—De verdad Alice quiero estar sola, no pienso buscar al chico si es lo que crees.Mira mis decisiones.
—Pero Bella…
—Déjala Alice, yo entiendo.
Dijo mi padre. Mi madre no esperó otro minuto y desapareció. Nunca los había visto despedirse así, sin un beso, un abrazo, un “te amo”, actuaban como dos extraños.
—¿Que pasa aquí? —Jacob por fín llegó. —Acabo de hablar con Leah me dijo que les dijera que Jon estaba bien y que lo único que recuerda es que la profesora Cullen le dijo que la ayudara a buscar algo en su auto.
Le contamos a Jacob lo que había pasado, pero mi padre no contribuyó a la conversación. Hoy como nunca hubiera querido que me heredara su poder de leer los pensamientos en vez de proyectarlos.
—¿Papá que tiene mamá? —Por fin le pregunté.
—Reneesme debes de ser fuerte, si es lo que sospecho; quizás de ahora en adelante las cosas cambien. Creo que el día que más había temido, ha llegado: Tu madre por fin, ha entendido lo que le hice; a que la he condenado exactamente…y creo que me odia para siempre.
— ¿Que? ¡Papá no hables así! ¡Los vampiros no se dejan de amar nunca! Alice, dime que no ves nada de eso en el futuro.
Alice también se veía triste, con la cabeza baja y tratando de concentrarse en algo.
—Oh Reneesme, no sé. Tu madre no ha decidido nada, pero si veo mucha soledad. No veo el futuro, Bella esta en un momento muy negro de su vida. No se que hará. Quisiera poder decirte, pero…No sé.
—¿¡Entonces se van a divorciar?! ¡WOW! ¡Esto si que es una sorpresa!
Dijo Jacob.
Vampiros divorciados, no lo podía creer: mis abuelos habían estado juntos por casi un siglo, Jasper y Alice; Emmet y Rosalie, ni siquiera los vampiros malos se separaban… ¿Como era posible que mis padres: mi hermosa madre y mi fuerte padre se fueran a separar?
Mi padre no pudo soportar oírlo en voz alta y se fue, por la dirección me imagino que a nuestra cabaña. Creo que lo oí gemir camino allá.
—Solo espero que no vaya a querer ir a Italia otra vez.
—Estúpido perro ¡Cállate!
Le dijo tía Rosalie a mi Jacob. Hacia años que no le decía así…
—¿Como que ir a Italia? Ahí están nuestros enemigos. ¿Que pudo querer hacer allá mi padre?
—Reneesme hay cosas que no sabes, que pensábamos que estabas mejor sin saber, pero dadas las circunstancias… —Dijo Alice con un tono apesadumbrado.
—Resulta que no te hemos contado la historia de amor de tus padres con todos los detalles.
Abuelo Carlisle había llegado. Al parecer había oído toda la conversación desde el garage. Y estaba listo para contarme la verdad. Ser mayor tenía sus ventajas.
­ —Hubo un momento en que por un mal entendido —Dijo Carlisle y Rosalie y Jacob bajaron la cabeza, la verdad no se si quiera saber como estuvieron involucrados ellos dos —Tu padre pensó que tu madre había muerto cuando todavía era humana y como sabrás los vampiros no toman bien la perdida de sus parejas y el decidió…—En ese momento, sentí una ola de tranquilidad que bañaba mi cuerpo como agua caliente: Jasper estaba tratando de suavizar el golpe.—El decidió hacer que los Volturi… lo mataran.
¡Dios Mío! Un intento de suicidio, como Romeo y Julieta. La historia de amor de mis padres era más intensa y dolorosa de lo que pude haber imaginado.
—Pero ustedes no pensarán que el lo haría de nuevo ¿Verdad?
Todos se miraron entre ellos.
—Tienes que entender una cosa, Reneesme. —Me dijo Alice— Para nosotros, los inmortales; el dolor de perder a alguien que es parte de ti, en especial a una pareja es prácticamente insoportable. Edward todavía te tiene a ti, y Bella no ha muerto; pero quien sabe. El estuvo solo mas de noventa años, y ha tenido solamente nueve de pura felicidad y compañía. Pensar en volver a estar solo… para él podría ser igual que la muerte.
Yo no podía creerlo… ser huérfana, perder a mi padre; mis padres divorciados parecía una pesadilla. Empecé a llorar sin control, Jacob me abrazó pero no quería sus brazos, quería a mi papá y a mi mamá. Hacia unos meses todavía era una niña y hoy más que nunca me acordaba de eso. Me alejé de Jacob y fui corriendo a la cabaña, a nuestro hogar, el único sitio que me parecía real en esta locura.
El estaba de espaldas a la puerta, mirando la chimenea.
—Papá…— Las palabras no me salían. Así que me acerqué y toqué su cara. Le hice ver las imágenes de Carlisle contándome la historia y las imágenes que tenía en mi cabeza, que casi yo misma no quería ver: mis padres separados, odiándose y mi padre muerto. El me tocó las mejillas con cariño, sus ojos eran dos agujeros negros; me imagino que esto era el equivalente a llorar, me secó las lágrimas y me abrazó.
—No puedo prometerte que tu madre y yo seguiremos juntos, no tengo ese… poder sobre ella. Nunca lo tuve. Ella me escogió a mi y por eso le agradeceré eternamente. Estos han sido los mejores años de mi larga vida, y por la fuerza de su amor y de su carácter; pudimos tenerte a ti: Mi pequeña bebe milagro, la más fuerte prueba que no soy totalmente un monstruo. Pero te prometo… te juro que nunca más, pase lo que pase; aunque tu madre no este ya conmigo nunca mas, voy a ir donde los Volturi para que acaben conmigo.
—¿Me lo juras?
—Por lo mas sagrado que son tú y Bella para mi.
Mi padre me abrazó, yo seguí llorando hasta caer dormida.
Al otro día me desperté con los ojos de mi padre en mí. Se había quedado a velar mi sueño toda la noche. Algo que no hacia desde que era una “niña”, eso me hizo sentir mejor. Quizás mi vida era suficiente para que él no quisiera acabar con la suya.
—¿Y mamá?
Tan pronto como pregunté, hubiera deseado esperar y preguntarles eso a los tíos.
—No ha vuelto.
Pude ver que era de día. Casi 18 horas separados. Eso nunca había pasado.
—Las cosas, van a ser diferentes de ahora en adelante ¿Verdad?
Hubiera querido llorar, más pero mi cuerpo no tenía mas lagrimas por el momento.
—Si Reneesme. Pero siempre seremos una familia, aunque sea diferente. Acuérdate que siempre te amaré.
Me dijo abrazandome de nuevo. Fuimos a la casa y para nuestra sorpresa mi madre estaba allá.
— ¡Mamá! —Me lancé a sus brazos y ella me abrazó.— ¿Donde estuviste? ¿Por que te fuiste?
—Tenía mucho en que pensar, Reneesme. Tanto…
Pude notar que esquivaba la mirada de mi padre y también me di cuenta que en vez de recibirla con un abrazo, él mantenía su distancia.
—También tenía que tomar una decisión acerca de nuestro futuro. Le estaba comentando a los demás acerca de…
—Bella, antes de que continúes quiero que sepas que cualquier cosa que desees de mi solo tienes que pedirla, lo sabes. Y se que no merezco… pedirte nada después de todo lo que ha pasado. Pero por favor tratemos de que lo que suceda no afecte Reneesme, ella no tiene la culpa y tu sabes que la amo.
Mi madre por primera vez desde el incidente miró a mi padre a los ojos. Se podía ver la sorpresa en sus ojos ámbar.
—¿De que hablas Edward?
—Yo sé que tu madre te educó muy bien lejos de Charlie, pero yo no soportaría ver a Reneesme tan pocas veces; y no creo que la familia lo soporte también. Si me dejas, por lo menos no te vayas a vivir al otro lado del continente.
Bella sonrió levemente.
—¿Después de todos estos años, todavía esperas que salga corriendo? No he pensado en dejarte ni una sola vez Edward. ¿Como podría?
Se acercó tocándole el rostro.
—¿Pero, te fuiste? Pensé que ahora que sabias realmente lo que eras…
—Me sentí como un monstruo es verdad, en ese momento deje ser humana y no era otra cosa que un depredador, ni siquiera mi propia hija me pudo alejar de la presa. Pero fue tu rostro y tu calor los que me salvaron. Si me fui, es porque al fin, por primera vez entendí el sacrificio que hiciste por mí durante años y la grandeza de tu amor.
—Bella…
—Siempre imaginé que conocía tu dolor y sed de sangre, pero ahora que se lo que es tener una Tua Cantante en frente, que sentí un fuego como si estuviera bebiendo lava en mi garganta que entendí, lo maravilloso que eres y lo poco que te merezco.
—No digas eso Bella, tu eres todo para mi, y mas importante que la sangre o cualquier dolor.Yo soy el que nunca te merecí.
—Pero no el primer día. Y aún así supiste enamorarte de mí y tolerar hasta mi sangre derramada. La sola idea me produce dolor y tú lo superaste. Por mí. Yo no pensé que podría amarte más de lo que lo hacía pero ahora que por fin entiendo lo que te negaste por mi, amor, te amo tanto que no sabía como mirarte de nuevo sin sentir vergüenza. Sin pensar en todas las veces que te exigía compañía y besos, sin saber lo que sufrías. ¿Podrías perdonarme?
Edward en ese momento no se contuvo y le dio un beso a mi madre que tuve que darme la vuelta de tan embarazoso que era. Pero a la vez estaba feliz: no iba a ver separación… nunca, sobre todo si tomamos en cuenta lo mucho que duro el beso.
Cuando al fin se separaron, mi padre le dijo a Bella.
—No hay nada que perdonar amor mío, no creas que yo estaba agonizando por té… presencia todo el tiempo. Es diferente cuando tú amas a la persona que te causa dolor, es más fácil. Lo importante es que no tendrás que verlo nunca más.
—No Edward, ¿Como podría pasar el próximo milenio sabiendo que no soy digna de ti en ninguna forma? Debo superar este reto.
—Pero Bella sufrirás mucho, no tienes nada que probarme a mí.
—Quizás no a ti, pero a mi misma. No puedo ir por el mundo huyendo de cualquier tentación que se me atraviese. No después de lo que hiciste por mí. Debo volver al instituto.

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