PRUEBA
Mi madre estaba loca de verdad: Volver a estar cerca de Jon era demasiado riesgoso.
Mi padre no estaba muy feliz con la idea, pero sabía que mi madre no iba a entrar en razón nunca así que le explicó las técnicas que el utilizaba para resistir el olor de Bella cuando era humana. Mi madre insistió en ir a clases inmediatamente. Claro acordaron que Edward estaría vigilando la escuela.
—Es casi irónico, me recuerda cuando nos conocimos.—Dijo en un momento.
—Leah no va a estar nada contenta con esto.
Dije en voz alta y todos parecieron asentir.
—Yo tampoco estoy contenta, pero ya es suficiente con los días que me voy a ausentar cuando haya sol, además no queremos que tus admiradores vengan a visitarnos de sorpresa a la casa.
Me dijo Bella guiñándole un ojo a mi padre. Que para variar, no se puso feliz con la idea.
¿Acaso todas las adolescentes tienen familias locas como las mías? Lo dudo.
Llamé a Jacob por teléfono y le expliqué la situación.
— ¡Ah! y Jake: discúlpame por haber salido corriendo cuando tratabas de consolarme.
—No es nada Nessie, te entiendo.
Revise mi correo eléctronico y pude ver que Seth me había mandado muchos correos preguntándome como estaba la noche anterior. Estaba de guardia en la reservación y no podía visitarme, pero su preocupación era palpable. Lo llamé para tranquilizarlo.
—Seth querido, Gracias por preocuparte. Mi madre esta loca pero bien.
—Heh, siempre dices lo mismo de ella. Me alegra que todo este bien, perdóname por no estar ahí sosteniendo tu mano cuando mas me necesitabas.
—Me hubiera gustado eso. No te preocupes con lo chiflada que es mi familia pronto tendrás el chance de consolarme de…algo. No lo dudes.
Mi padre nos llevó a mi madre y a mí a la escuela, usaba un sombrero y un abrigo que le cubría casi toda la cara, y claro sus lentes. El plan era dejar el Volvo en el aparcamiento, para que mi madre lo usara en caso de emergencia y si no el se iba aparecer a la hora de salida a recogernos a las dos.
—Quiero felicitarte, Reneesme. Fuiste muy valiente ayer. —Me dijo mi madre sonriendo por el espejo retrovisor. La verdad es, que ni siquiera lo pensé; pero un instinto protector salido no se de donde, me impulsó a proteger a Jon.
—Realmente creo que fue un accidente. Esperemos que no tengamos que probar de nuevo.
Edward, le dio un beso a mi madre.
—Ya sabes cualquier…dificultad que tengas tan solo llámame, te encontraré en segundos.
—Lo sé.
Le dijo ella sonriendo con seguridad. Vi a Leah acercase a nosotros.
Curiosamente esperaba ver a Leah con su acostumbrada decepción de tener que dirigirme la palabra, pero de hecho estaba más que furiosa.
—Mira chupasangre, te juro que si le pones un dedo encima a Jon. No respondo de mí, aunque Jacob me mande a lanzarme al rio después.
Bella estaba azorada, hacía mucho que Leah no se portaba así con ella.
—Leah no hago esto por placer y créeme, en estos momentos todos los Cullen están muy pendientes de que nada salga mal… —Mi padre la tocó en el brazo y la miró significativamente, no tenia que leer la mente para saber que Bella entendió que algo pasaba con Leah y que era mejor dejarlo así. Edward le explicaría mas tarde…—Por cierto, gracias por lo que hiciste ayer.
—No lo hice por ti. Es deber de los lobos proteger a los humanos. Mas te vale que no pase nada.
Mi madre suspiró, ella y Leah nunca iban a llevarse bien.
Me pase todo el día dándole a la butaca de clases con los dedos, cepillando el piso con los zapatos y tocándome el pelo. Parecía que en cualquier momento la bomba iba a explotar y tendríamos que dejar Forks. No es que no le tuviera confianza a mi madre, pero después de lo que vi en el bosque, temía lo peor.
Encontré a Jon en el pasillo, conversando con Leah por cierto. Mmm ya veo por que Leah estaba tan protectora, y lo que mi padre le iba a contar a mi madre después de clases. Si algo se aprende de estar rodeado de vampiros perfectamente casados es cuando el lenguaje corporal indica que hay atracción entre dos personas. Y al parecer, Jon y Leah tenían más en común; que solo el incidente de ayer.
No pude resistirme a la idea de que Leah por fin fuera feliz, de alguna manera ya estaba acostumbrada a ella y le tenía afecto. Cuando estaba creciendo ella nunca fue muy amable, pero por lo que Jacob y Seth me contaban y por las veces que no estaba con la “loba encima” ella no era mala persona, solo había tenido mala suerte. Pero también quizás estando enamorada y feliz, por fin pudiera tratarnos como algo más que chupasangres.
Leah notó mi sonrisa, pero no le pareció nada gracioso, me fulminó con la mirada y se despidió de Jon.
Cuando me pasó por el lado, rozó mi hombro a propósito y me susurró:
—Estoy vigilando.
—Hola Jon. —Me acerqué. — ¿Como te sientes? ¿Oí que te calló una rama encima ayer?
Quería verificar que todavía creía la historia.
—Pues si, muy raro todo. No recuerdo mucho pero le voy a preguntar a la Sra. Cullen a ver si ella me cuenta lo que pasó. Me dijeron que también le cayó a ella y tuvieron que llevarla a emergencias.
¡Cerca de mamá! Mala idea chico.
—No te preocupes, yo la acompañé y ella esta bien. Yo que tu no le preguntaba nada: a mi tía no le gustan recordar eventos tristes.
Y traté de deslumbrarlo con una sonrisa. Al parecer funcionó, no mencionó el asunto y no se acercó a Bella. Pero claro, mi madre quería hacerse la valiente y lo saludó; y hasta se le acercó. Tenía la mano dentro de la mochila, con el dedo en marcado rápido en el cellular para Edward.
Nada pasó.
Mi madre al parecer lo estaba tomando mejor de lo esperado. La hora entera de la clase no se le acercó a Jon. Podía ver que sufría, de vez en cuando en movimientos imperceptibles a los humanos, se veía adolorida, y sedienta pero yo la miraba y le daba ánimos. Solo era una hora de clases. Ella podía lograrlo.
Cuando por fin sonó la campana pude respirar tranquila. Dejé que todos salieran primero y me acerque a Bella.
— ¿Como te sientes?
— ¡Dios ese olor! Era intoxicante: tuve que usar toda mi concentración, pensando en Edward; en ti, en Charlie, en Alice, Rosalie, Esme, en toda la familia y los lobos; para recordar quien era. No fue fácil para nada. Me siento cansada. No me había cansado desde que me convertí. No estoy feliz de tener que hacer esto todos los días.
Le di un apretón de manos y me fui a mi siguiente clase. Vi que Leah estaba hablando con Jon en el pasillo de nuevo. Le hice una seña y ella asintió.
Mi padre no estaba muy feliz con la idea, pero sabía que mi madre no iba a entrar en razón nunca así que le explicó las técnicas que el utilizaba para resistir el olor de Bella cuando era humana. Mi madre insistió en ir a clases inmediatamente. Claro acordaron que Edward estaría vigilando la escuela.
—Es casi irónico, me recuerda cuando nos conocimos.—Dijo en un momento.
—Leah no va a estar nada contenta con esto.
Dije en voz alta y todos parecieron asentir.
—Yo tampoco estoy contenta, pero ya es suficiente con los días que me voy a ausentar cuando haya sol, además no queremos que tus admiradores vengan a visitarnos de sorpresa a la casa.
Me dijo Bella guiñándole un ojo a mi padre. Que para variar, no se puso feliz con la idea.
¿Acaso todas las adolescentes tienen familias locas como las mías? Lo dudo.
Llamé a Jacob por teléfono y le expliqué la situación.
— ¡Ah! y Jake: discúlpame por haber salido corriendo cuando tratabas de consolarme.
—No es nada Nessie, te entiendo.
Revise mi correo eléctronico y pude ver que Seth me había mandado muchos correos preguntándome como estaba la noche anterior. Estaba de guardia en la reservación y no podía visitarme, pero su preocupación era palpable. Lo llamé para tranquilizarlo.
—Seth querido, Gracias por preocuparte. Mi madre esta loca pero bien.
—Heh, siempre dices lo mismo de ella. Me alegra que todo este bien, perdóname por no estar ahí sosteniendo tu mano cuando mas me necesitabas.
—Me hubiera gustado eso. No te preocupes con lo chiflada que es mi familia pronto tendrás el chance de consolarme de…algo. No lo dudes.
Mi padre nos llevó a mi madre y a mí a la escuela, usaba un sombrero y un abrigo que le cubría casi toda la cara, y claro sus lentes. El plan era dejar el Volvo en el aparcamiento, para que mi madre lo usara en caso de emergencia y si no el se iba aparecer a la hora de salida a recogernos a las dos.
—Quiero felicitarte, Reneesme. Fuiste muy valiente ayer. —Me dijo mi madre sonriendo por el espejo retrovisor. La verdad es, que ni siquiera lo pensé; pero un instinto protector salido no se de donde, me impulsó a proteger a Jon.
—Realmente creo que fue un accidente. Esperemos que no tengamos que probar de nuevo.
Edward, le dio un beso a mi madre.
—Ya sabes cualquier…dificultad que tengas tan solo llámame, te encontraré en segundos.
—Lo sé.
Le dijo ella sonriendo con seguridad. Vi a Leah acercase a nosotros.
Curiosamente esperaba ver a Leah con su acostumbrada decepción de tener que dirigirme la palabra, pero de hecho estaba más que furiosa.
—Mira chupasangre, te juro que si le pones un dedo encima a Jon. No respondo de mí, aunque Jacob me mande a lanzarme al rio después.
Bella estaba azorada, hacía mucho que Leah no se portaba así con ella.
—Leah no hago esto por placer y créeme, en estos momentos todos los Cullen están muy pendientes de que nada salga mal… —Mi padre la tocó en el brazo y la miró significativamente, no tenia que leer la mente para saber que Bella entendió que algo pasaba con Leah y que era mejor dejarlo así. Edward le explicaría mas tarde…—Por cierto, gracias por lo que hiciste ayer.
—No lo hice por ti. Es deber de los lobos proteger a los humanos. Mas te vale que no pase nada.
Mi madre suspiró, ella y Leah nunca iban a llevarse bien.
Me pase todo el día dándole a la butaca de clases con los dedos, cepillando el piso con los zapatos y tocándome el pelo. Parecía que en cualquier momento la bomba iba a explotar y tendríamos que dejar Forks. No es que no le tuviera confianza a mi madre, pero después de lo que vi en el bosque, temía lo peor.
Encontré a Jon en el pasillo, conversando con Leah por cierto. Mmm ya veo por que Leah estaba tan protectora, y lo que mi padre le iba a contar a mi madre después de clases. Si algo se aprende de estar rodeado de vampiros perfectamente casados es cuando el lenguaje corporal indica que hay atracción entre dos personas. Y al parecer, Jon y Leah tenían más en común; que solo el incidente de ayer.
No pude resistirme a la idea de que Leah por fin fuera feliz, de alguna manera ya estaba acostumbrada a ella y le tenía afecto. Cuando estaba creciendo ella nunca fue muy amable, pero por lo que Jacob y Seth me contaban y por las veces que no estaba con la “loba encima” ella no era mala persona, solo había tenido mala suerte. Pero también quizás estando enamorada y feliz, por fin pudiera tratarnos como algo más que chupasangres.
Leah notó mi sonrisa, pero no le pareció nada gracioso, me fulminó con la mirada y se despidió de Jon.
Cuando me pasó por el lado, rozó mi hombro a propósito y me susurró:
—Estoy vigilando.
—Hola Jon. —Me acerqué. — ¿Como te sientes? ¿Oí que te calló una rama encima ayer?
Quería verificar que todavía creía la historia.
—Pues si, muy raro todo. No recuerdo mucho pero le voy a preguntar a la Sra. Cullen a ver si ella me cuenta lo que pasó. Me dijeron que también le cayó a ella y tuvieron que llevarla a emergencias.
¡Cerca de mamá! Mala idea chico.
—No te preocupes, yo la acompañé y ella esta bien. Yo que tu no le preguntaba nada: a mi tía no le gustan recordar eventos tristes.
Y traté de deslumbrarlo con una sonrisa. Al parecer funcionó, no mencionó el asunto y no se acercó a Bella. Pero claro, mi madre quería hacerse la valiente y lo saludó; y hasta se le acercó. Tenía la mano dentro de la mochila, con el dedo en marcado rápido en el cellular para Edward.
Nada pasó.
Mi madre al parecer lo estaba tomando mejor de lo esperado. La hora entera de la clase no se le acercó a Jon. Podía ver que sufría, de vez en cuando en movimientos imperceptibles a los humanos, se veía adolorida, y sedienta pero yo la miraba y le daba ánimos. Solo era una hora de clases. Ella podía lograrlo.
Cuando por fin sonó la campana pude respirar tranquila. Dejé que todos salieran primero y me acerque a Bella.
— ¿Como te sientes?
— ¡Dios ese olor! Era intoxicante: tuve que usar toda mi concentración, pensando en Edward; en ti, en Charlie, en Alice, Rosalie, Esme, en toda la familia y los lobos; para recordar quien era. No fue fácil para nada. Me siento cansada. No me había cansado desde que me convertí. No estoy feliz de tener que hacer esto todos los días.
Le di un apretón de manos y me fui a mi siguiente clase. Vi que Leah estaba hablando con Jon en el pasillo de nuevo. Le hice una seña y ella asintió.