OCASO. Vigésimo Primer Capitulo

PENITENCIA
Era horrible tener que dejar a todos con la palabra en la boca, pero ya eran las siete de la mañana, si iba a contactar a los Volturi debia ser lo mas temprano posible para darme tiempo a escapar si las cosas salian mal.
Deje a Seth, Jacob y Leah mas confundidos que nunca, Leah sugirio que se transformaran todos en lobos, con la telepatía Seth podria dejar entrar a Jacob en su mente para que viera toda la verdad. Claro mi familia habia escuchado todo el embrollo pero se habían hecho al margen. Imagino que no estaban de animo todavia para interceder o no veian necesario por los momentos. Iban a ir detras de la propiedad, en el jardin inmenso podrian transformarse. Me tranquilizaba que Leah estuviera ahi, ella podria proteger a Seth en caso de que Jacob perdiera el control y dudo que Jacob se atreviera a lastimar a Seth en su presencia y claro Seth se hubiera dejado matar por Jacob si hiciera falta, se sentía todavia tan culpable, mi pobre Seth.
En una oficina de Fedex dentro de Volterra entregué el paquete con el collar y el número, me dijeron que llegaría en unas horas. Decidí esperar la llamada sola, encontré una cafeteria que me gustó porque me recordaba al restaurant de Forks, La Bella Italia donde mi padre llevo a cenar a mi madre por primera vez, aunque no era la primera cita, la verdad ellos nunca se citaron, fue un momento definitivo de su relación. Lo conocía porque me llevaron una vez para uno de mis “cumpleaños”. Me senté en la primera mesa sin llamar para decir donde estaba. No se en que tiempo Aro me llamaría ni que diria yo, queria tiempo para pensar.
—¿Que desea la signorina? —Me dijo el mesero.
—Un vaso con agua por favor— Era lo que mas toleraba de la comida humana, sin olor ni sabor. Cuando vi su rostro me di cuenta que no podia ocupar la mesa sin pedir algo mas. —Y una taza de cafe… descafeinado.
Menos sabor, menos asco pensé dentro de mi.
Dentro de todas mis preocupaciones y dolor, por un momento me permiti sentir la presencia de mis padres de nuevo, comenzé a recordar la música que componía y a tararearla, la nana de Bella.
El mesero la estaba tarareando tambien…Que extraño, ¿Como la escuchó? Si estaba tan lejos de la mesa, los humanos no oyen tan bien, dejé de tararearla, pero el siguió con la tonada. Podria jurar que no estaba en mi mente que los acordes venian desde afuera de algun lugar de Volterra.
!¿Me estaba volviendo loca?! Pero podía escucharla claramente, no era un piano, no era… un organo.
La música era identica, me levanté, dejé unos euros en la mesa por el café y seguí el hilo de la musica. Nunca había estado en Volterra y temía perderme, pero tenía que encontrar la fuente. Era la nana de Bella, estaba totalmente segura, ¿Quizas mi padre se la habia tocado a alguien que la habia copiado? O a lo mejor era una coincidencia.
Di la vuelta por un callejón y no tenía salida. Me subí para ver si había alguien mas, con cuidado que nadie notara que era una altura que ningun humano pudiera trepar. Algunas personas estaban pasando note que las chicas tenian la cabeza cubierta, iban a la iglesia quizas. Cuando terminó la gente de pasar salté al callejon
¿Y si era una trampa de Aro? El podía conocer la nana, estarme atrayendo a la boca del…¿Pero de donde venia esa música?
El callejon se dividió en dos, di la vuelta a la izquierda pero la música era mas debil, volvi sobre mis pasos. La gente seguía pasando, no era a la iglesia que iban, venian de ella. La música venia desde donde ellos estaban regresando. Segui caminando por un sendero de piedra. Me extraño de ver a muchas chicas jovenes y bien arregladas saliendo de la iglesia, debe ser costumbre europea ir a la iglesia con escotes tan pronunciados. Estaban cuchichendo, hablaban del nuevo Padre Angel, que era muy apuesto.
Oh por eso era. No era católica pero me imaginaba que esto debia ser pecado o algo asi, mirar a un sacerdote con ojos de deseo. Luego me pregunté si era Marcus o alguno de los Volturi. Al parecer las chicas estaban deslumbradas por él y hablaban de palidez y ojeras, caracteristicas de los vampiros. Tomé el cellular y puse el dedo en marcado rápido. Si era una trampa iba a salir corriendo a la primera señal.
Escuché atentamente. Si, era de la iglesia. Pequeña capilla con techo rojo, bastante descuidada y de piedra. Y era la nana de Bella. Mi corazón se aceleró ¿Y si me estaban emboscando tambien? Mire a mi alrededor mis sentidos estaban alerta. Pero no oia, ni veia nada extraño. Tal vez deberia llamar a Seth y Jacob decirles donde estoy. Pero no sabia donde estaba. Pensé en darme la vuelta pero ¿Irme sin saber? No podia, ademas si era una trampa, habían empezado desde que estaba en el restaurant, y seguramente ya me habían seguido hasta aquí, no iban a dejarme ir estando ya tan cerca.
Me armé de valor y entré a la iglesia. Era abovedada dedicada a una virgen vestida de azul, no se cual. Quién estaba tocando el organo estaba de espaldas, concentrado, no veia su cara, pero tenía una sotana. Mi corazón se aceleró mas, pero no era por miedo…vi su pelo…era color bronze como…
—¿¡Papá!? —Grité casi sin darme cuenta, la figura paró de tocar y se dio la vuelta de inmediato y a velocidad vampirica me abrazó.
—Reneesme, mi pequeña—Me besó con ternura las mejillas, mis lagrimas corriendo como en un rio.
—¡¿Papá estas vivo?! Pero ¿Como? Papá…papá, ¿Por que no nos dijiste?
No podia creer a mis ojos, pero era el sus ojos negros y sedientos, eran los de mi padre, su cabello, su rostro identico al mio. No podia parar de llorar de tanta emoción.
—Oh Reneesme. Perdoname. Las cosas pasaron de una manera tan rapida e inusual. Pero yo les iba a avisar en cuanto tuviera la fuerza de hacerlo.
—No sabes como hemos sufrido. ¿Por que no volviste? ¿Por que no nos llamaste para saber que estabas vivo?
—Reneesme. Apenas acabo de empezar a volver a recordar lo que es la vida. No sabes, cuando me subi en ese bote, cuando llegué a Italia y cuando llegué a Volterra todo lo que tenia en mente era vengar la muerte de tu madre y matar la mayor cantidad de Volturis que pudiera hasta que ellos me mataran a mi, era mi única fijacion, no recordaba…nada. Ni a ti, ni a mi familia, ni a mi mismo. Era una estatua andante con nada en la mente excepto venganza.
Como nosotros, la vida dejó de tener sentido para él, entendia muy bien lo que era ese dolor.
—¿Pero que pasó por que te dejaron vivir?
—Nunca llegué donde Aro. Un milagro me detuvo.
—¿Un milagro?
—Llegando a Volterra. Un anciano estaba predicando. Yo no se como lo escuché, pero menciono algo en voz alta que me llegó al cerebro.
¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?
Un verso de la biblia que yo conocía bien. Yo recordé…Recordé el temor que sentía por el alma de tu madre, lo que me impulsaba a impedir que se convirtiera en vampira por dos años.
Mi padre se retorció de dolor, tambien le dolía recordar la muerte de mamá como yo, no entiendo como Alice no supo ver que cambio se decision. Debe ser lo mismo que protege a Aro.
—Yo sabía que el alma de tu madre estaba limpia de todo pecado, excepto por lo que somos y que ella la había arriesgado por mi causa. Era una idea vieja y un dolor que creia haber superado, pero a medida que me acercaba a donde estaban los Volturi, me di cuenta que cuando yo muriese no podria hacer nada por el alma de Bella.
Busque la primera iglesia que encontre abierta. Y aqui me recibio el párroco, Louis de Pointe du Lac. Yo sabía un poco de las tradiciones católicas y le pedi que me confesara. El al principio se negó y la verdad seguro le parecia loco con mi aspecto, tocando a la medianoche pero tuvo piedad de mi y lo hizo.
—Espera. ¿Le confesaste que eres un vampiro?
Mi padre me toco la mejilla, y me quito el pelo que me cubria un lado del humedo rostro.
—No Reneesme, le dije que no podia decirle todos los detalles pero que necesitaba hablarle de mi esposa. A la que yo amaba y que estaba…. muerta. Le expliqué lo mejor que pude que no estaba seguro de que estuviera en el cielo, pero que ella era una mujer… sin mancha y pura, quería saber si había algo que pudiera hacer por ella. El fue generoso y paciente. Me escuchó con atención y me dijo que es una de esas… cuestiones teológicas que no todos los cristianos aceptaban. Me preguntó si era católico y le dije que no, que aunque no ibamos a la iglesia la persona que me habia educado espiritualmente era anglicana. Pensé que eso lo iba a disuadir, pero el padre es de los que creen que todos los cristianos y todas las fes deben estar unidas contra la maldad que hay en el mundo.
Mi padre rió secamente. La idea de que un sacerdote estuviera confensando a un vampiro era realmente, ironica. Saber que estaba vivo, que existia era como si el mundo volviera a tener sentido de nuevo. Bella hubiera estado feliz de saber que había sobrevivido, iba a llamar a los demas en cuenta el terminara su historia. No queria interrupir este momento, de nuevo en sus brazos, como cuando era una bebe. Las lagrimas comenzaban a secarse. El siguió contandome.
—Me dijo que los católicos creen que con penitencia, velas, pero sobre todo mucha oración con fe, un alma puede salvarse aun despues de haber partido de este mundo.
—¿Entonces?
—Se que Carlisle quizas no lo aprobaría, pero momentos desesperados requieren medidas desesperadas. Le pedí asilo. Le imploré que me dejara quedarme aquí, para rezar por el alma de Bella día y noche. El padre no quería al principio, me tomó casi toda la noche convencercelo que mis… intenciones eran buenas y que le podia de ser de gran ayuda. La iglesia estaba bastante dañada. Le prometí que la arreglaria, ademas el órgano estaba inservible. Le dije que era músico y me puse a trabajar de inmediato en repararlo, tuve que controlarme para ser rapido en la definicion humana de la palabra. Sabia que cometer un error me negaria la ayuda que tanto necesitaba. Reparé el aparato y le toqué una cancion, de hecho la nana de Bella. Eso lo impresionó bastante, al parecer habia estado deseando tener musica de organo durante y despues de los servicios. Le prometí que tocaria todos los dias, todas las horas que quisiera, si asi lo queria. Que lo considerara mi penitencia por lo menos por un tiempo, hasta que pudiera volver donde mi familia y continuar mis rezos en mi antiguo hogar.
Mi padre por un momento sonrió un poco de saber que su talento había sido te tanta ayuda. Yo sonrei al tener la certeza que el no pensaba dejarnos en el dolor para siempre, tenia planeado volver en algun momento. Entonces reparé en la vestimenta.
—Pero entonces ¿Te ordenaste? Yo pensé que para esas cosas se necesitaban muchos requisitos y años.
—No esto fue idea del Padre Lois. Cuando vinieron a confesarse unas chicas en esa semana… —Ahi se encogio de hombros—Bueno todavia tengo las armas del vampiro y obviamente el padre notó el interes. Me dijo que era una tentación para las jovenes, pero que no queria abandonar a un pecador en camino de salvarse y de salvar un alma tan pura como era mi Bella. De la que le hablaba todos los días. Asi que me dijo que deberia usar algo para protección de mi mismo y los demas y me dejó una vieja sotana.
—Oh espera o sea que ¿El mintió?
—Digamos que nadie confirma si un hombre que lleva una sotana en una iglesia es un sacerdote o no.
—Entonces tu eres el padre Angel. ¿Quien te puso ese nombre?
—Digamos que fue una idea de las chicas, me dijeron Angelo, Angel en italiano y a si me apodan. La sotana ayuda, yo pude notar el cambio de pensamientos en cuanto me vieron vestido asi. Ya no se dan el lujo de mirarme de la misma manera. Claro algunas si pero yo las ignoro y ellas generalmente se calman bastante.
Me padre rió de nueva con esa sonrisa torcida que mi mamá siempre admiraba, se veia atormentado pero si algo sabia hacerlo volver a vivir era saber que estaba salvando a Bella aunque fuera en el mas allá.
—¿Cuanto tiempo estaras aqui?
—El que sea necesario. Cuentale a los demas donde estoy, diles que vengan a verme. Hablar de mi… deseo de venganza me ha ayudado a desistir de la idea.
—Pero estas tan cerca de los Volturi ¿y Aro?
—No sé, no he oido ningún pensamiento belicoso. Los vampiros no le tememos a las cruces pero dudo mucho que visiten las iglesias. No salgo de aqui nunca solo para cazar y soy muy cuidadoso. Estoy solo alimentandome cuando lo necesito.
Era verdad se veia menos fuerte y ágil, sus ojeras eran mas profundas que nunca.
—¿Y el padre?
—Esta visitando los enfermos en el hospital, siempre lo hace despues de los servicios, me tiene mucha confianza y me deja que me encargue de todo en lo que el regresa. No llegara hasta la noche. Pero no me has dicho¿Como me encontraste? ¿A que viniste a Volterra?
Le conté lo de las cenizas, pude ver el dolor en su rostro y la culpa, al saber lo que habiamos pasado por semanas. Y tambien al saber de las cenizas de Bella.
—Creo que volveré contigo a casa ahora, para que la familia me vea y para quedarme con las cenizas de tu madre. Me gustaria tener algo de ella conmigo tambien.
Mi padre abrió los ojos de repente.
—¡Estan aqui!
Me tomo por la cintura en un solo movimiento, llevandome detras de el, tratando de escudarme con su cuerpo. Detras de nosotros habia figuras encapuchadas me imagino que era los mismos que los atacaron en Isla Esme. Me fije en los que estaban entrando y alguno de ellos tenian los brazos descubiertos. Pero su piel no brillaba bajo el sol ¿Como era posible?
—Por favor respeten este lugar.
Les imploró. Oi como se reian, conté ocho. ¿No eran seis? Ellos se acercaron rodeandonos. Entre tres atacaron a mi padre por el lado izquierdo, cuando el usó sus brazos para defenderse se aprovecharon para tomarme a mi entre dos. El golpeó a uno y lo mandó volando, destrozando los bancos de la iglesia. Mi padre estaba debil pero al parecer estos no eran tan fuertes como los vampiros por eso atacaban en grupo.
Lograron tomarme por la espalda y me inmovilizaron, pude notar que su piel era resistente, pero no fria…¿Mitad vampiros? Eso explicaria porque Alice no los vio. ¿Dios mio Nahuel nos habrá mentido? Me fijé que había uno de ellos que no atacaba. La lider. Ella si tenia la piel palida de vampiro. Pero su cabeza estaba cubierta por una mascara y una capucha.
Mi padre siguió defendiendose pero eran demasiados. Trató de entrar en razon con ellos, pero al parecer mi padre no podía leerles la mente para averiguar como convencerlos. Me di cuenta que empezaba a anochecer. Vi llegar a Aro. Al parecer estaban esperando el momento justo para atacar. Estaba con una mujer de pelo rizado y rubio, tan hermosa como Rosalie y con una ropa antigua, parecía una toga. La llevaba de la mano. A su lado derecho estaban los demas encapuchados, pero retiraron sus capuchas al entrar a la iglesia. La de cara de niña debía de ser Jane, otro que se parecía a ella Alec y por las imagenes de Zafrina reconocí a Dimitri y Chelsea.
—Mi querido amigo Edward….y su pequeña Reneesme. Que felicidad tenerlos aqui. ¿No es cierto querida mia? Le dijo.
—Si mi querido, adoro que nos visiten. Los estabamos esperando ¿verdad Liz?
Le dijo a la mujer cubierta. Ella asintió, ¿Liz? Esa era una nueva adquisicion quien quiera que fuera solo estaba esperando a Aro para atacarnos. Aro hizo una señal y me dejaron ir, fui de inmediato al lado de mi padre, las heridas hechas por los hibridos estaban cerrandose. Claro las puertas estaban bloquedaas y eran trece contra nosotros dos ahora, no habia posibilidad.
—Es increible que te hayas podido esconder estando tan cerca. Creo que me fijare mas en las iglesias de ahora en adelante. Esta es muy bonita me recuerda a la capilla donde nos casamos, mi amor. —Y le dio un beso en la mano.
—Sulpicia— me susurró mi padre—
—¿Que nos van a hacer?
—No se. No puedo leer sus mentes. Nunca pensé que ellos serian capaces de matar a Bella, pero ahora entiendo por que. Tienen un escudo ahora por eso no la necesitaban mas. Debe ser ella.
Señalo donde estaba Liz con la cabeza. Ella gruñó.
—Tranquila Liz. Tendras tiempo para saldar cuentas con Edward y los Cullen a su debido momento. Te lo prometi.—Le dijo Aro con mucha tranquilidad.
Esto pareció calmarla. Pero ¿Que cuentas?
—¿De donde salió?— Le pregunté a mi padre.
—No se. Hemos hechos tantos enemigos, podria ser cualquiera. Una sobreviviente de la batalla con los neofitos de Victoria quizas.
Este nombre pareció enfurecerla. Liz no pudo contenerse mas y se abalanzó sobre nosotros. Aro solo suspiró.
—Siempre tan impulsiva. ¿La mando llamar querida?— Le dijo a su mujer.
—No, dejala que se divierta ademas ¿No estas deseoso de ver el rostro de Edward cuando vea la sorpresa.?
Ambos rieron musicalmente. ¿Que sorpresa? Me padre me empujó hacia un lado mientras recibía los golpes de la bruja esa.
Al parecer nadie la iba a ayudar. Mi padre no podia leerle el pensamiento, asi que era fuerza contra fuerza, golpes y puñetazos. Era como si lo quisiera matar pero mi padre se defendia bien, en una el le immovilizó los brazos, pero entonces abrio los ojos como si hubiera visto un fantasma y…. ¿la dejó ir!???
—!¿Papa que haces?!
—!¿No puede ser?! —Dijo y luego…¡¿sonrió?! Una sonrisa que solo le habia visto en la mas pura felicidad. Sus filosos dientes, brillando con la luz de las velas, sus ojos llenandose de luz.
¡¿Que le estaba haciendo?! Debe tener algún poder especial. Ella pareció agraviarse mas y lo atacó de nuevo pegandole en el centro de su cuerpo, dejando un crater en su vientre. Tambaleandose, mi padre se acercó de repente y le arrancó la capucha y era….¡Bella!
Ella le pegó el golpe definitivo y mi padre cayó al suelo.
—¡¿Mama que haces?! —Le grité. Ella con sus ojos rojos se acercó.
—No me llames madre…engendro. —Y de una sola bofetada perdí el conocimiento.

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